Seguidores

19 mayo 2011

Llueve, y en mi ventana te echo de menos.

Miré hacia arriba, hacia un cielo que hace unos momentos tenía un azul claro y ahora estaba cubierto por nubes grises. Empezó a llover  me senté en el suelo. La lluvia era algo que no me molestaba, y si lo hacia, era lo que menos. Era algo que me gustaba, en cierto modo. Algo que me recordaba a ti y que, a veces, hacia sentirme bien. Pero solo a veces, otras, en cambio, solo me quedaba mirando como caían las gotas en mi móvil, como bajaban las gotas por el cristal de mi ventana, cada una más rápido que otra. También estaban esas veces en las que salía para sentir las gotas caer por mi mejilla, como si fueran lágrimas. Que salía para ir a cualquier sitio y sentir como se me mojaban los recuerdos, los que se esconden detrás de ese muro que se construyó aquel día. Ahora, era una de esas veces. Estaba sentada, mirando lo que había sido el lugar más bonito, desde siempre, y ahora era el lugar más gris y frío que había visto nunca. Tanto, como esas palabras que dijiste hace unas semanas.

No hay comentarios:

Publicar un comentario