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11 mayo 2011

Mil emociones que siento en el momento me quitan la calma.

En ese preciso momento se le paró el corazón. Se congeló el tiempo durante unos segundos que a ella se le hicieron eternos. ¿Qué hay que hacer cuando ves que el miedo pasa a tu lado y te saluda? Ese miedo que sientes cuando sabes que vas a perder a una persona, ese que se queda durante toda una eternidad. Y no, no hablo del miedo de la muerte, aunque este ya haya pasado y además de haberle saludado se quedara a tomar café y a pedir promesas. Como la de quedarse a vivir con ella, siempre y cuando que esta se dejara hacer de todo. Era como tener al demonio dentro de ella, aquel día le dijo que sí, y a partir de ahí su vida no fue vida. Estaba muerta, aunque siguiera respirando. Era difícil de entender, y, en verdad, nadie le entendía. Había veces que no se entendía ni ella, así que no podía quejarse.
Pero cuando pasa, pasa. Y pasa que quieres tanto a alguien que te da igual que "su felicidad" no depende de ti. Y pasa que con el tiempo tú dependes de esa persona. Y sigue transcurriendo el tiempo y no pasa nada. Y llegas a vivir de decepciones y lágrimas. Y terminas acostumbrándote, hasta cierto punto. Cuentas con el apoyo de algunas de tus amigas, hasta un determinado momento. Ese momento en el que se te para el corazón, se congela el tiempo y ves, literalmente, que sobras en toda esta absurda historia, que siempre ha sido así, y que no va a cambiar nada.

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